El pasado 5 de julio se llevo a cabo uno de los actos más repudiados por un gran número de mexicanos, las elecciones.
Para poder dar un comentario con respecto a las elecciones, forzosamente tendría que dividirlo en 3 escenarios. En primer lugar, las campañas electorales; en segundo lugar, las votaciones; en tercer lugar, las consecuencias de los resultados de dicho proceso. Debido a que no soy un experto en la materia, no pretendo hacer un análisis del tema, únicamente compartiré mi opinión.
Hablar de las elecciones en México (y no me refiero únicamente al proceso electoral, sino a todo lo que envuelve este patético circo político) es hablar de mediocridad, ineficiencia, corrupción. Es el ejemplo perfecto de cómo a los políticos lo que menos les importa es el bienestar de la Nación y sólo les interesa el poder.
Las campañas electorales están rodeadas de pleitos infantiles, de actitudes ridículas de los partidos políticos tratando de desacreditar a los opositores, de toneladas de propaganda que no son más que basura inutilizable. Generalmente, en esta etapa de las elecciones escuchábamos promesas que eran inalcanzables, propuestas que se contradecían pero que, sin embargo, hacían que algunos sectores apoyaran a los partidos. Lo que me sorprendió fue que en esta ocasión ni siquiera hubo grandes propuestas, en la calle sólo se veían pancartas con las caras de los candidatos, slogans que más que tratar de ser “pegajosos” demostraban una terrible falta de creatividad, incluso se veía más a deportistas y estrellitas de la televisión mexicana hablando maravillas de los partidos políticos (acaso ya se les olvido que hace unos meses estaban en la asamblea peleando contra esos que ahora apoyan por la mentada reforma electoral).
Otro fenómeno que se dio fue el apoyo al “voto nulo”. Lamentablemente se politizó, se decía que lo había creado Calderón y sus amigos, otros decían que era Fox y Martita, algunos pocos decían que era algo promovido por la sociedad civil. En lo particular, creo que al voto nulo se le debió de haber dado mucho más importancia. Es una buena manera de ejercer presión, de mostrar un descontento colectivo; debió haberse levantado encuestas donde se plasmaran los motivos del descontento y de esta forma darle prioridad a las necesidades y hacer que los funcionarios públicos actúen para revolverlas.
El día de las elecciones transcurrió como se tenía planeado, donde el único vencedor sería el abstencionismo. Únicamente el 34% de los ciudadanos registrados al padrón electoral asistieron a las casillas para ejercer el sufragio. En un régimen democrático como el de México, el abstencionismo se puede entender de 2 maneras. Por un lado se considera como un indicador de despolitización, es decir, de integración política insuficiente, debido a que se ha visto que los que no votan son grupos un tanto focalizados; entre los principales abstencionistas se encuentran los muy jóvenes y los adultos mayores. Por otro lado, se considera esta práctica como la pasividad voluntaria del electorado. Lo cierto es que, en mi opinión, el abstencionismo es reflejo del poco interés que tiene la gente ante la vida política y esto esa causa de todo el cochinero político que ha habido en México. Simplemente, la gente esta harta del circo que día a día se ve en la política nacional.
Desde mi punto de vista, el tema más interesante y el que vale la pena analizar es el de los resultados. Los resultados concretos que se mencionan en los noticieros y en los diarios es que el PRI le ganó de manera notable al PAN y que arrolló a un PRD agonizante. El triunvirato Peña Nieto-Beltrones-Paredes se enfila para ganar las elecciones del 2012. Honestamente, espero que la codicia de cada uno salga a flote y que se obstaculicen entre sí el camino hacia la presidencia. Me entristece ver cómo México no tiene memoria. El PRI ganó de manera contundente y me preocupa que llegue a ganar las elecciones del 2012, porque si lo hace, a ver quién lo vuelve a sacar. Lo que veremos es una transformación de la forma de gobernar de Calderón. Ahora tendrá que consultar con el PRI sus acciones, no tendrá una gobernabilidad libre (si es que algún día la tuvo). Con la sucesión de Germán Martínez de la cabeza del PAN han salido a la luz los perros que están hambrientos de ese hueso y harán todo lo posible por obtenerlo. Lo que hay que ver es que la mayoría de los interesados a la presidencia del PAN son opositores a Calderón y, algunos, hasta tienen buen trato con el PRI, así que… ya sabemos que puede pasar.
Daniel Sobato, experto en temas político-electorales en América Latina, planteó tres escenarios:
1.- Que el PRI busque debilitar a Calderón para sacar ventaja en las elecciones de 2012.
2.- Que busque sólo colaborar moderadamente con él para no dejar la percepción a la sociedad de que lo están bloqueando.
3.- Pensar en una cohabitación, un cogobierno en el cual el presidente Calderón invita al PRI a formar parte de él, entregándole la Secretaría de Gobernación y otros ministerios claves.
Pienso que el primer escenario no es factible ya que, a diferencia del resto de los ciudadanos, los políticos sí tienen memoria por lo que el PRI evitará hacer lo que pasó en el régimen foxista. Se mostró como una barrera intransigente que sólo bloqueaba y entorpecía las acciones del entonces presidente. La gente lo criticó y el costo fueron las elecciones del 2006. El segundo escenario lo veo poco probable porque con la mayoría en la asamblea no es posible pensar que el PRI podría tomar una actitud tibia. Buscará presionar las acciones de Calderón sin bloquearlas pero haciendo que se muevan a su conveniencia. El PRI tiene el objetivo claro, llegar a los Pinos por lo que buscaran alianzas, posiblemente con el PAN y no tanto con Calderón. Según mi punto de vista, el tercer escenario es el más asequible.
En realidad, pensar que puede haber un gobierno PRI-PAN no es tan descabellado ya que hay que recordar que Salinas lo efectuó, digamos que se llevaba muy bien con Diego Fernández de Cevallos. Incluso algunos decían que el “jefe Diego” era el segundo a bordo.
Pero en fin, ¿ustedes qué creen que pase?
Es preocupante lo que vimos hace unos días, parece ser que la frase “ganar, pase lo que pase” la están aplicando los partidos políticos por lo que sólo queda preguntarse, ¿realmente hay democracia en México?
En mi opinión, México necesita un sistema político en donde la rendición de cuentas sea obligatoria y donde los resultados sean lo que muevan y den fuerza a los partidos políticos. México necesita dejar de ser un país partidista y necesita volverse un país donde se elijan a los representantes por sus propuestas y acciones. Se debe de reducir los montos destinados a la propaganda política y deben de canalizarse a las dependencias y los sectores donde realmente son necesarios. La sociedad civil tiene que organizarse, debemos presionar de una manera mucho más constante, debemos mostrar nuestro hartazgo de manera contundente; debemos dejar la apatía y la pasividad para convertirnos en una sociedad activa donde se reaccione ante los malos manejos de los políticos y debemos exigir resultados. Creo que todos estamos de acuerdo en que los partidos políticos deben de ser los que propongan reformas estructurales y sistemas de evaluación de resultados pero no lo hacen ya que no les conviene hacerlo. Es por esto, que los ciudadanos tenemos la obligación de alzar la voz, incomodemos, no callemos. Tenemos que proponer soluciones y hacer que se cumplan.
¡Luchemos por un México más justo, un México más digno!
Texto elaborado por Guillermo Villegas
Fotos por Ana Zarak
